top of page

Los politólogos, los políticos, las encuestas y la calle están, casi por primera vez, de acuerdo: el panorama político español se encuentra en un momento clave de cambios y transformaciones. Las elecciones europeas (analizadas aquí) han supuesto la constatación electoral de la caída del bipartidismo y la desafección de una gran parte de la ciudadanía a la política, o más bien, a la política de partidos. Se abre así un panorama complejo, variable e interesante.

El sistema político actual es fruto de la historia: durante la Transición, España se encontraba envuelta en una vorágine de partidos que llevó a la creación de gobiernos monolíticos y estables que alejaran al país de una crisis política. Sin embargo, tras 35 años de democracia, la coyuntura política ha cambiado y ha desvirtuado con ella la idea de gobiernos fuertes. Este cambio de escenario ha provocado la desconfianza de la población hacia el sistema bipartidista imperante y la búsqueda de nuevas alternativas políticas. Aprovechando la modificación de los esquemas, numerosas formaciones minoritarias han aparecido para incluirse en un sistema que, hasta el momento, les había dejado fuera.

Compromís es una de la más representativas, tanto su papel de contrapoder al sistema del Partido Popular, como por su discurso de cambio político.

 

En la Comunidad Valenciana, este nuevo equilibrio de fuerzas alcanza una mayor trascendencia tras dos décadas de poder del Partido Popular. Desde el año 1995, los populares han copado el hemiciclo valenciano con largas y cómodas mayorías absolutas. Durante estas cinco legislaturas, el Partido Popular ha sido foco de numerosos escándalos de corrupción relacionados con la gestión de entes públicos (Radio Televisión Valenciana), con el despilfarro de los grandes eventos (Fórmula 1, la Copa América de Vela, la visita del Papa a Valencia) y también con la imputación de un gran número de sus diputados en casos de malversación (Gürtel, Emarsa, Cooperación, Brugal, Fabra, Nóos). Sin embargo, este horizonte de saqueo no lo ha obligado a abandonar las instituciones, ya que ratificó su presencia de nuevo con mayoría absoluta en las elecciones de 2011.

Entonces, ¿qué ha cambiado para que por primera vez los sondeos apunten a un cambio de signo político en la Generalitat?

“Se ha producido una desafección política hacia las dos grandes formaciones: el PP y el PSOE. La caída del PP es mayor puesto que todavía hoy tiene mayoría absoluta en la práctica mayoría de las instituciones, pero el PSOE no recoge estos votos de oposición y se muestra incapaz de implantarse como alternativa. Mientras tanto a su izquierda aparecen otra serie de partidos que hacen posible que el bloque de izquierda sobrepase al de la derecha”, razona el periodista político de El País, Ximo Ferrandis.

“Mientras asistimos a una batalla entre los dos grandes para no caer, el PP que se aferra a su red de poder instalada durante muchos años y el PSPV que lucha por sostener su caída, los partidos minoritarios como Compromís empiezan a experimentar, ya veremos hasta qué nivel, el ascenso”, interpreta Ximo Aguar, periodista de la sección Política de Valencia Plaza.

Compromís se sitúa en frente de las características del sistema político representado por el Partido Popular (institucionalización de la corrupción, ineficacia organizativa y crisis sistémica). Pues a pesar de la larga tradición política que se aúna bajo su marca (aquí se puede leer la evolución), la coalición nunca ha sido partícipe de las políticas de la Generalitat, se ha mantenido alejada de los escándalos y la mala gestión.

Durante sus siete años en Las Cortes (entró en 2007 con Compromís pel País Valencià), Compromís se ha erigido como la antítesis del Partido Popular. Su labor de denuncia le ha reportado más votantes y más popularidad. Según el periodista Ximo Aguar, Compromís está restando un gran número de votos al PSPV, hasta el punto de abrirse el debate de si puede adelantar y sustituir al PSPV como la fuerza más potente en la oposición.

 

Este desarrollo se debe principalmente a su promesa de una nueva política de cambio basada en una mayor participación ciudadana, en la transparencia política y en la defensa del entramado público. “Compromís está bien posicionada, el argumentario que defiende conecta con la población y su distinta forma de concebir la política va a obligar a replantearse muchas cosas”, incide el periodista de El País, Ximo Ferrandis.

 

¿Cuáles son para Compromís las claves de esta nueva política de cambio?

 “Mucha información, hace falta que el ciudadano sepa de primera mano en lo qué estás haciendo. Mucha participación, no puedes preguntar sólo cada cuatro años, porque entonces la gente no se siente partícipe. Escuchar sus propuestas, no puedes hacer política sin preguntar a la gente que representas cómo quieren que se haga”, enumera Eva Sanchis, alcaldesa de Godella por Compromís. Otra de las apuestas por la que aboga Sanchis es la utilización de consejos asesores: “Te rodeas de profesionales y les das voz. Los sientas cada dos meses y les preguntas: ¿cómo lo estamos haciendo? ¿Vamos bien o vamos mal? Parece una utopía pero ya funciona en otros países. En Finlandia son los profesores quienes realizan las reformas educativa, porque ¿cómo se va a legislar sobre educación alguien que no tiene ni idea del tema? Vamos a dejarnos aconsejar, las cosas saldrán mejor y la gente las entenderá bien”.

Para Consol Castillo, regidora en el Ayuntamiento de Valencia, la segunda clave del cambio político se encuentra en una política transparente, alejada de paternalismos: “Ahora hemos despertado muchas expectativas y de la misma manera podemos generar grandes frustraciones. Entonces el primer paso de cara a la gente es no engañarla. Tú llegas a las instituciones y les dices lo que hay, las deudas y los compromisos. A partir de ahí hay que priorizar, hacer una organización racional de las administraciones y eliminar competencias innecesarias, anticuadas o interesadas. Hay que repensar el modelo de nuevo”.

Contexto Político

Así, al escenario de indignación y desafección ciudadana, Compromís impulsa su espacio político del cambio como un alternativa real al actual tipo de gobierno.

 

 

Déjanos tu opinión:

bottom of page